viernes, enero 12, 2007

¿Invisible?

Los nuevos paradigmas en términos de estrategias de negocios y planificación empresarial apuntan a la revaloración de un grueso segmento de la población mundial; el llamado mercado de la base de la pirámide o “mercado invisible”. Población que comienza a ser considerada como el futuro de la expansión empresarial, no por su poder adquisitivo unitario sino por su inmensa capacidad de consumo en conjunto.
Ahora bien, cerca del 44% de la población latinoamericana vive en pobreza, estamos hablando de 220 millones de personas (estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas) razón por la cual se hace inconcebible que este porcentaje sea ignorado por las corporaciones a la hora de la construcción de su planificación estratégica.
Es ingenuo pensar que en un país como Venezuela donde la pobreza alcanza al 80% de la población, esto sea un mercado puesto de lado o ignorado. De hecho ¿quién puede decir que gran parte de los productos y servicios en Venezuela no están dirigidos al sector de la población con menor poder adquisitivo?
Es cuestión de saber sumar y restar ¿qué compañía de telefonía celular, canal de televisión o cualquier empresa que produzca bienes de consumo masivo podría pensar que pueden sobrevivir en un mercado como el venezolano sin dirigir productos y servicios al 80% de la población? se trataría de un suicidio corporativo que, por demás, estuvo planificado.
Evidencia de esto se hace presente: líneas telefónicas tanto móviles como fijas prepagadas, tarjetas de crédito prepagadas, productos con presentaciones de menor tamaño, aplicaciones novedosas que simplemente se adaptan a la realidad de un público ávido por consumir. No podemos enunciar entonces la frase mercado invisible puesto que es tan grande y evidente que sería imposible ignorarlo.
Si bien la presencia de “la base de la pirámide” es innegable y ampliamente conocida, también es cierto que la aproximación a ella no se ha dado con la eficacia y rapidez que se esperaría en un mercado como el nuestro. Es claro que el reconocimiento de ese mercado potencial no lo es todo, la adaptación de estrategias, productos y servicios a sus necesidades es el objetivo planteado.
Algunos han sido los ensayos, pero el verdadero reto del empresario en este mercado es la identificación tanto cualitativa como cuantitativa de lo que necesita y desea este público, cómo piensa y bajo qué premisas toma sus decisiones de compra. Así, se multiplicaría de manera exponencial tanto la capacidad de consumo y calidad de vida de este segmento, como las oportunidades de negocio y expansión de las compañías que decidan comenzar a hablarle al Mercado Real.

Diana Meinhardt

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