Una bicicleta encadenada a un poste es algo normal en New York, pero cuando una de ellas te hace dejar de ver las maravillas de esa ciudad te das cuenta que estás en frente de algo particular.
Esa bicicleta totalmente blanca, inservible y con algunas flores silvestres colgadas en sus rayos, es el tributo a una persona que murió atropellada justo en esa esquina.
No sabemos de que manera la bicicleta de David Smith terminó encadenada a ese poste, pero estamos seguros que alguien que lo amaba y valoraba aprovechó su tragedia para tratar de convertirla en un tributo y al mismo tiempo en una creativa manera de fomentar precaución entre los peatones y ciclistas de esta ciudad.
Giacomo Giannetto C.
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